martes, 31 de enero de 2012

El Templo de la Purificación del Pasado



Esta es otra de esas historias que, como la de La Dulce Muerte del Mon Cherí, tiene que ser contada. Por lo trágica-absurda que es y porque tiene un final feliz. Además, da mucho que pensar. Está contada también con mermelada y con muchísimo cariño.


"Tenía un novio con el que llevaba viviendo años. Un novio en el que confiaba plenamente, con el que compartía vida, muerte de seres queridos, cumpleaños y muebles. Hasta que un día, cuando me acompañó a las 5 de la mañana al aeropuerto, me dijo que tenía que pensar. Estuvo pensando una semana, de silencio eterno, hasta que el pensamiento se hizo palabra y me dejó. Me dejó sola en la ciudad a la que me acababa de mudar y en la que le esperaba, como habíamos planeado, para compartir juntos. Sin vida, sin amigos, sin seres queridos y sin muebles.


Pasado un tiempo (2 meses) me llamó diciéndome que no me iba a devolver el dinero de la fianza de nuestro piso porque había comprado en Venecia, por cierto, un anillo de compromiso a su nueva novia, con la que se casó once meses después coincidiendo con su aniversario. Fecha que caprichosamente fue un mes antes de dejarme a mi, si no me fallan mis cálculos.


Me quedé tan hecha polvo que lo siguiente que me tocaba después de mi pena era la muerte. Así que me recompuse, volví a nacer, me quité el vestido de viuda, y comienzo a ser feliz otra vez.


Me marcho a Japón por trabajo, ocio y amor, con mi nuevo novio cogido de la mano, y con toda la buena suerte de ser el mismo destino de los recién casados. Japón, con sus millones de habitantes y sus pocas probabilidades de encontrarse. Hasta que voy a coger un tren, que me lleva al último monasterio budista del culo del mundo y me encuentro a mi ex en el andén. Que con los nervios no se le ocurre otra cosa mejor que preguntarme que "si has visto a mi mujer", que debía andar por ahí comprándose unas Chips Ahoy o vete tú a saber qué. Y le pierdo de vista, no sé si por la multitud o por el mareo del shock.


Después de tres horas cruzando montañas, parajes, civilizaciones milenarias y millones de paradas en las que uno se puede apear, llegamos al templo budista. Una experiencia única, exclusiva, en la que dormíamos una noche y compartíamos boles de arroz con los monjes. El monje recepcionista me dice que no me encuentra en la lista de los que estábamos registrados, que éramos unos seis. Y entre los nervios y el fatal inglés que llega a esas latitudes, me enseña el folio con su nombre, el de mi ex, en primera linea.


Y me cago en todo. En todo mi destino. Y miro al cielo y pregunto por qué, POR QUÉ?? Hasta que llega la hora de la meditación y nos meten a los que estábamos allí, compartiendo experiencias extrasensoriales, a orar y cantar mantras durante 45 minutos. 45 minutos de mantras que tuvieron un preludio de grito ahogado de la mujer de mi ex (que les presenté yo) que soltó cuando me vio allí orando el Om Mani Padme Jum.


Cuando salíamos del templo a la mañana siguiente, comentando que poca más experiencia íbamos a sacar de allí, el monje me miró muy serio y me dijo. "Tu en realidad no tendrías que haber estado aquí". Lo que me dejó del todo loca pensando que la montaña le había susurrado mi destino, que ya sabes cómo son por ahí... Pero no, en realidad se refería a que nuestra reserva era para la siguiente noche. Por supuesto, antes de marcharnos, hicimos el Rito de la Purificación con fuego." 

sábado, 28 de enero de 2012

Basta ya de comer cheetos


Cuando se rompe una historia bonita, se pierde un amor, a uno se le encoge algo en el alma que cuesta tiempo volver a alisar. Pero el alma, como la ropa, se plancha un poquito y está lista para volver a ponersela y triunfar. Incluso, si le pones un poco de Toke, queda como nueva. ¡Y ya está...! A otra cosa, mariposaaaaaa...! Que las historias bonitas y los amores que se pierden son pasajeros, paparruchas. Que lo bueno güeno está por llegar... Que un amor de verdad no te deja hecha una sopa... Que a lo mejor esa historia bonita no lo era tanto y ese amor en realidad no era AMOR. Hombre ya!! ¡A la mierda!

Me entristece muchísimo ver a chicas estupendas sufriendo, llorando, hechas polvo. Me entristece muchisímo. Y me da una rabia de cojones. He probado esas mieles y luego te das cuenta de que no merecen la pena en absoluto. Como me arrepiento. Que, además de no servir para nada más que para quedarte hecha una piltrafa, el tiempo pone las cosas en su sitio y la vida te regala lo que le habías pedido y te mereces. Así que, mejor esperar ese regalo con buena pinta, cara y el ojo maquillado, no en pijama, comiendo helado y cheetos. Digo yo...

Mando este grito de esperanza y ánimo para todas aquellas amigas y mujeres de bandera, que alguna vez han estado bien jodidas, lo están o lo estarán.

Hay dos caminos a elegir. Pido a Dios no lo quiera pero, si me toca, yo me iré por el segundo.




lunes, 23 de enero de 2012

La vendetta de la amapola






A todos nos ha puteado alguien en la vida. En mayor o menor medida, pero todos hemos sido recibidos con mano dura en algún momento de nuestra historia. Sufrir es una condición humana que nos hace más personitas y que, por otro lado, nos ayuda a crecer de espíritu y a espabilar un poquito. Me gusta pensarlo así, porque si no, ¿por qué nos hacemos sufrir los unos a los otros? Para algo tiene que servir.



Cuando hablo de puteos hablo de cosas medianamente absurdas o que, con el tiempo, adquieren esa posición en el ranking de las vivencias, ¡gracias a dios! Hablo de situaciones que cuando se han pasado, se convierten en banalidades. De chorradas. De las que te han podido hacer daño pero que no te joden la vida. Las que te joden la vida se llaman desgracias.

Los puteos, puteos son. Y una de las cosas buenas que tienen es que al final uno recoge sus frutos. Y entre esos muchos frutos está...LA VENGANZAAA...

Venganza en término de puteo. Venganza que equipare la balanza. Venganza chorra. Venganza a la que los cobardes la llamamos Justicia Divina.

La venganza a veces se disfraza de esas semillas del pan de amapola que se le quedan en los dientes al que te ha puteado y saluda con su mejor sonrisa. De tropezones casuales, aparatosos y certeros que llevan al que te ha puteado a dar con todos los pasteles que ha comprado en el suelo. De la ceniza que se bebe, el muy pringado, de la lata de cerveza pensando que estaba vacía. O de, que sería divertidísimo además, que se le escape una ventosidad en medio una reunión, con sus powerpoint y todo. 

La venganza no es casual y es tan sutil como para esconderse bajo un ala. Es también innofensiva. Y hace que el que te ha puteado, parezca un poquito gilipollas. Y que tú, en el silencio de tu corazón, disfrutes un poco.

Es fea y me avergüenza. Pero llega en el momento que menos te lo esperas, sin buscarla, sin llamarla y sin provocarla y te produce risa. Creo que se dice que la sirven en plato frío no porque comer un plato frío sea algo desagradable. Si no porque se queda fría al esperar para comerla.

miércoles, 18 de enero de 2012

Elena, Yago, Nacho



Cuando íbamos a la universidad y estábamos más desfasados que ahora, aprovechábamos cualquier celebración folklorica y popular para escaquearnos en seguida de clase, beber fino al mediodía y bailar. Bailábamos mucho. Mucho más que ahora, claro. Aunque seguimos bailando siempre que nos vemos y nos queremos.


A veces tu amiga ligaba y tu no. Y te quedabas mirando el panorama hasta que te cruzabas la mirada con el amigo del tío con el que había ligado tu amiga. Que tampoco había ligado y que estaba mirando el mismo panorama que tu. Cuando ya no daba más de sí el mirar el panorama, que ahora puedo recordar con desolación, (-¿cómo es que no nos perdíamos ni una Feria de Abril en Cats?)- pues hablábamos hasta que acabábamos bailando, tocando palmas e invitándonos a un arroz con bacalao


Pues me suenas. Pues tu también. Pues me suenas. Pues no sé de qué. Te pareces a la hija de Felipe González. ¿Perdona? No, de eso no es. Pues me suenas. Pues no sé de qué.


Hasta que llega el verano y cambias de escenario, del blanco al moreno y de amigos. Y entras  a medianoche en el bar de siempre. Sin celebración folklórica pero con ganas de lavarnos los pies sucios de arena con CocaCola, como hacen en El Rocío. Y como el Kiowa es enano, es fácil encontrarse y decir por fin: Jooooooooder, nos sonábamos de la playaaaaa...


Si Elena no hubiera ligado con el amigo de Yago, hermano de Nacho, Kike y yo hoy por hoy no seríamos novios. ¡Así que gracias!



domingo, 8 de enero de 2012

Father in law



Parece ser que suegro y suegra en inglés se dice father y mother in law. Y yo, que soy muy garrula y con un oído muy poco británico, siempre he pensado que suegro y suegra en inglés se decía father y mother in love. Cosa que me hacía mucha gracia porque, por mucho que nos queramos los unos a los otros, digamos que in love, lo que se dice in love, nadie lo está de sus suegros. Ni de sus yernos y nueras, claro. Sería todo un poco raro.


Cuando alguien comenta algo de su suegro-suegra-yerno-nuera, parece que el ambiente se cargue eléctricamente con una coletilla popular, como de cometa, que lleva intrínseco el tópico español y la historieta. Luego en realidad todo es mucho más normal, cariñoso y agradable pero, no lo vamos a negar, hay veces que estas relaciones dan las máximas. Que se escuchan historias de todo tipo. Incluso alguna de esas de pilladas haciendo de todo menos el amor.


Con todo esto de Urdangarín, que me tiene loca, me ha entrado la vergüenza total con el qué pensarán sus suegros de todo esto. Lo que piensen sus padres me da más igual, curiosamente. Pero lo que piensen sus suegros...uuuuf, qué palazo...ya sean los Reyes de España, del Mundo o los taquilleros del Metro. What a fuck.


Hace mucho tiempo, descubrí con estupor que llevaba tooooda la comida con el botón que no se debe desabrochar pero que siempre se desabrocha de la camisa desabrochado. Dejando a la luz un nuevo sujetador, azul marino con topitos blancos, y unas tetorras que me hacía la tecnología push up en toda la sopa que se estaba tomando mi suegro. Seguido de la correspondiente maniobra de volver a abrochar como si nadie se hubiera dado cuenta. Si, claro. Dios...¿por qué me haces esto?


Así que si enseñar los pechos a tu suegro es la experiencia más cercana a la muerte, no me quiero ni imaginar si me pillara chorando en el plan que ha estado chorando Urdangarín, muy paleta y gráficamente apodado el yerno perfecto. En ese plan o mangando unos bolis de Muji, vaya, me muero. Prefiero enseñarle las tetas, incluso hasta el culo.



martes, 3 de enero de 2012

Yo te apoyo, Remedios



La Navidad es el estado perfecto para estar con los queridos y para generar polémica. Como tememos más tiempo libre, lo consumimos sin pudor y bien a gusto alrededor de la mesa y las velas hablando de cosas trascendentes y de otras que nos importan un bledo. De las segundas es de las que se generan polémicas. Y la de rato que se puede estar dándole vueltas. Me encanta.


Después de lo de Urdangarín, que es tan fuerte que no se puede considerar polémica banal, la Polémica Estrella de Navidad ha sido la generada por Remedios Cervantes en Atrapa un Millón y su arrebato de azúcar. Al menos para mi.


Para los que han oído hablar del tema pero no lo han visto con sus propios ojos, en plan lo de Concha Velasco, Riqui Martin, el perro y el bote de Nutella, ahí va el video


No tiene desperdicio. Es un poco largo pero merece verlo hasta el final para sacarle más chicha.


Qué acumulación de absurdez junta. Se entiende. Uno está nervioso y no sabe si elegir si Historia o Alimentación. Mientras se lo piensan, el concursante va de sobradito y parlotea contando anécdotas en plan guay. Se deciden por fin: Alimentación. Y como era de esperar les toca una pregunta que ni puta idea. 50%. Sal o Azúcar. El final ya lo sabemos todos...


Es muy fuerte. Realmente, si, es muy fuerte. A Remedios debieron darle un Redbull en el backstage o algo porque muy normal no es pero, joder, pobrecilla. Se le fue la olla y nos podría haber pasado a cualquiera, que la tele impone. La mujer tuvo una corazonada, quiso ayudar al chaval y quizás hacerse la listilla. Le dio el arrebato de valentía y, pues mira, si, la cagó. 


Pero, vamos a ver, que tampoco es para tanto, eh? Que tal es el bochorno que pasa la pobre que hasta ella misma reconoce que le están entrando "los calores de la muerte". Y el pedorro del niñato este del concursante, que antes se hacía el chulillo parloteando, no la vuelve a mirar a la cara. Atentos al minuto 5.55...vamos, es que hay que tener valor y ser chungo para tratar así a nadie. "Te lo dije, Remedios." Qué gilipollas!


Tío, a ver si creces un poco y empiezas a saber jugar lo primero y después a saber perder. Apostabas por 5.000€ que, para un concurso, es un poco mierdi. Posiblemente menos dinero por el que podías haber apostado pero ya lo perdiste antes. ¿Y por 5.000€ has retirado la mirada a una persona?, ¿A Remedios Cervantes, aunque siempre haya sido un poco chorra?, de qué vas!! Que, si, que ha metido la pata pero que te está pidiendo mil perdones...


Me da una cosaaaaa...pobre Remedios...


Al chico le han vuelto a invitar al programa. A Remedios ahora le hacen chistes...


"Urdangarín iba a dar el dinero a los discapacitados pero, en el último segundo, Remedios Cervantes lo puso en su palacete."