sábado, 22 de octubre de 2011

Dieta Anti-Scrooge



Aunque muchas veces parezca lo contrario, los niños utilizan una lógica natural que, por desgracia, se va perdiendo con la edad y envenenando con el egoísmo que adquirimos cuando nos vamos haciendo cada año más viejos. Sí, cada año que cumplimos sumamos un kilo más de egoísmo que nos cae encima. Depende de nosotros que se nos note o no, como las chichas en la cintura o la tripa cervecera. Quizás hay que ponerse a hacer un poco de ejercicio, que esto no se pasa tomando muchas proteínas, si es que no queremos acabar como Mr. Scrooge. Que al final lo consiguió, pero ya muy de viejito. Y es una lástima.


Los niños a veces son muy pesados, se les va la olla, pegan a sus compañeros y les quitan los juguetes a sus hermanos, pero son capaces, muchas veces, de ser mejores personas que los adultos. Un niño se puede encaprichar con un juguete en concreto pero si sabe que no hay más juguetes alrededor, lo más probable es que se enrolle un poco y lo comparta. Todos los días veo exactamente lo contrario entre los adultos, en un sitio o en otro. Y se supone que nosotros ya tenemos las herramientas para conseguir que nuestra vida y la de los demás sea mejor.


Cuando faltamos a nuestras promesas, cuando somos vagos en tener gestos agradables con los demás, cuando nos hacemos los despistados y no cumplimos con lo que es lo correcto, no estamos dentro del percentil que corresponde a nuestra edad. No hace falta meter un grito ni una hostia a nadie para ser peor persona, eso ya es caso para Super Nanny, pero reconozcamos que todos los días podríamos hacerlo mucho mejor.


Este video lleva rondando unos días por la red y a mucho nos ha gustado. Enseña esa lógica natural que hemos perdido. Lo que da miedo y mucha pena es que si no somos capaces de ayudarnos con el de al lado, ¿cómo pretendemos ayudar a los más de 2 millones de personas que se están muriendo de hambre cada día en nuestro planeta y no vemos? 



sábado, 15 de octubre de 2011

Bienvenido al mundo



Las mañanas en casa de mis padres son un festival de cafés, ellos que lo beben, de periódicos, revistas y charlas en pijama. El tiempo no se para pero nosotros seguimos muy despeinados, fumando, los que fumamos, y haciendo poco a poco cosas de la casa mientras siguen las charlas. Nos perseguimos los unos a los otros terminando de contar historias, hasta que el tiempo nos pilla y llegamos puntuales y sin correr a donde tenemos que llegar. 


En mi casa somos pelín impacientes y no nos gustan las esperas, así que vamos pelando el tiempo hasta que se le ve la carne para dar un paso más allá. No nos gusta estar sentados, pensando, así que hacemos de todo hasta que llegan los momentos que esperamos. Ir la banco más lejano a sacar dinero o buscar una floristería lo suficiente mona y observar como mi madre charla de nuevo tan a gusto esta vez con un un tío tatuado hasta las patas y con dilataciones en las orejas del tamaño de una nuez de California sobre si el brezo se debe regar o es mejor dejarlo secar.


Nuestros ángeles de la guarda saben como somos de toda la vida. Y como nos quieren y nos cuidan, siempre nos susurran que es el momento de dejarse de gilipolleces y dar un paso hacia lo que estamos esperando. Nos empujan para salir de la floristería y bajar a la evitada sala de espera. Y coger el ascensor indicado, no otro, para que justo cuando lleguemos a la -1 nos encontremos a mi hermana y a su hijo recién nacido. Tan a gusto, tan contentos y con sorprendentes reflejos como para darse cuenta de que me he cortado el pelo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mooooovierecord



Qué poco vamos al cine, con lo que mola y con lo que nos gusta ver películas. Qué lástima. Cómo se estropean los cuerpos y cómo se pierden las buenas costumbres. Antes me ponía morada de ir al cine. Con las amigotas del cole, allá que íbamos a ver cualquier merdé y luego a coronarlo con un BigMac. Esos si que eran buenos tiempos... ¿Y Ahora? Ahora nada, no voy casi nunca y me da cierta penica. Que disfruto muchísimo con el rito de ir al videoclub, ponerse tan a gusto en casa y todo eso, pero de vez en cuando..., cómo mola ir al cine. Y qué caro es, por cierto, ¡cojones!


La última vez que fui, en realidad fue relativamente hace poquito. A ver La Piel que Habito, que recomiendo a todo el mundo, te guste o no Almodovar, y aun más si no tienes ni guarra de que va el argumento. Fue muy divertido el previo y el post. Primero con los nervios del cómo será y luego con los nervios del como ha sido. Con mis jefas y mi compañero Eduard, que está que no caga con esta peli, cosa que entiendo.


La anterior fue Piratas del Caribe en Mareas Misteriosas. Nuestra primera película, y única de momento, en 3D. Qué pasada lo del 3D. Qué pasada y qué mareo, dios. No me extraña que se tengan que sacar de la manga trucos de magia como el 3D para que la peña vaya al cine. Entre lo que la gente se descarga (¡cabrones!) y el poco tiempo libre que tenemos con la mierda esta de que los fines de semana solo tengan dos días, no da para nada.


Pero qué guay es ir al cine... Me encantaba cuando empezaba la sintonía de Moooooovierecord, y nos poníamos como locas a cantar sin ningún tipo de reparo. Nunca olvidaré el día en el que mi hermana lo estaba cantando a grito pelao y se acabó la música y ella seguía ante el estupor silencioso del resto de la sala. Me meo...


Ojalá pasaran cosas como éstas que os envió, aunque fueran de vez en cuando, para que nos animáramos todos un poco más a ir al cine y así evitar que acaben cerrando las salas, que es lo que acabará pasando...



Dedicado a ti, hermanita...








martes, 4 de octubre de 2011

¿La voz de su amo?



La voz dice mucho de nosotros. Nos delata, nos define, nos sitúa. A veces nos favorece. A veces nos afea. La voz tiene su importancia. Nos conmueve cuando la escuchamos de lejos y nos acerca. Tan agradables como estridentes. Tan desapercibidas como inolvidables.


Me gusta el mundo de las voces y me encanta la magia que tiene el doblaje. Vale que somos el país de tontitos que menos películas vemos en versión original pero, ¿qué más da si además de ver la peli podemos jugar a adivinar a qué otros personajes ha doblado el actor de doblaje en cuestión?


Si te pones a ver El Club de la Lucha y cierras los ojos, te descojonas. Porque resulta que el chulangano de Brad Pitt y el pobrecito Edward Norton se transforman en Joey Tribbiani y Ross Geller. Como si estuvieran en el mismo Central Perk, ahí sentadicos, pero hablando de cómo hacer jabones y dinamita casera. Una versión 2.0. de Friends. Me encanta. Y si rizas el rizo, y tienes buen oído, te puedes dar cuenta que Brad Pitt es en realidad también Ewan McGregor. Qué desfase.


Kike tiene un amigo, que tiene un amigo, que conoce al que dobla a Samuel L. Jackson. Un día le conocí en un cumpleaños y me contaba que siempre que tiene ocasión, le pide que le recite el mítico pasaje de Pulp Fiction: "...y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que pretendan envenenar y destuir a mis hermanos...!!" ¿Quién no se lo pediría? También me contó que un día, iba con él en el metro y se encontraron a otro señor. Se pusieron a hablar y el amigo del amigo de Kike decía: "...y quién coño es este, y como me suena..." Resulta que era Samuel L. Jackson hablando con Morgan Freeman. Compañeros de trabajo. Que si lo piensas, yo diría que también es Gandalf el de los anillos...


En fin, que no tiene fin. Así, de las cosas que más pena que me han dado últimamente es la desaparición de la voz de Monica Geller (que, por cierto, ahora la estoy escuchando en una chica de Muerte entre las Flores que está viendo Kike mientras escribo). Es una rabia ver Scream 4 y darse cuenta de que la voz de Courteney Cox ya no es la que era. Bueno, es una rabia ver Scream 4 en cualquier caso aunque a mi no me pareció mal. Pero, al menos siempre me quedará levantar el teléfono de mi oficina y escuchar de nuevo a Monica mientras me dice: "No tiene mensajes".


PS: www.eldoblaje.com.