domingo, 21 de agosto de 2011

Y que no acaben nunca

Esta noche he soñado que me ofrecían un trabajo en Nueva York. La cosa, aunque era precipitada e inesperada, pintaba bien. Pintaba bien hasta que he me despertado y he pensado que no quiero trabajar en el sitio más molón de Nueva York, ni en una tienda de chuches, ni en ningún lado. Quiero seguir leyendo hasta que me cubra la sombra todo el cuerpo, quiero seguir  disfrazando a mis sobrinos, verles bailar y cantar "estoy loca con mi Kike" y ponerles el pijama. Quiero tumbarme con una manta de algodón la siesta. Quiero ver más gallinas y conseguir ver un zorro. Quiero seguir viendo cómo familias enteras sucumben ante las olas y salen con el culo y las tetas al aire y el pelo revuelto. Quiero escuchar música al sol. Quiero reírme con viejos amigos. Quiero terminar la partida de cartas con mis hermanas. Quiero que Kike vea por fin una estrella fugaz y que no se peine nunca. Quiero beberme una cerveza de la neverita llena de hielos y agua de mar. Incluso quiero seguir con el pelo tan quemado como el de Sonia Monroy. Quiero seguir en la Isla.

No quiero buscar las llaves de casa ni ponerme crema. No quiero mirar mi correo ni el facebook. No quiero encender la tele. No quiero bajar y conseguir en cualquier tienda suavizante para la lavadora. No quiero poner la lavadora. No quiero vestirme de persona. No quiero cortar una cebolla. No quiero tener 6 botellas de agua en la nevera, ni que sea grande, ni que tenga imanes. No quiero hacer la cama. No quiero enterarme de que Jesús del Pozo ha muerto ni de que el Papa dice que no se puede seguir a Jesús fuera de la Iglesia. No quiero asomarme para ver a los pájaros dormir y que no estén. No quiero ir mañana a trabajar. No quiero que se acaben los días de descanso y libertad.

Quizás en unos días, quizás incluso horas, se me quita la tontería. Y quiero darme una vuelta por la ciudad. O ir a Fnac a comprar algún libro-disco-peli bueno. O entrar en un McDonals, que siempre anima. O pintar con flores, cangrejos o estrellas las piedras que he cogido de la playa. O ver quién está más moreno. O que llegue el Otoño y que se me quite esta cara de india que llevo. O encontrarme de nuevo con Kike en casa y jugar a que seguimos de vacaciones que, al fin y al cabo, uno se puede montar las vacaciones de muchas maneras. Y que no acaben nunca.

Venga. Animarsen!


2 comentarios: