sábado, 11 de junio de 2011

I think I need a better drummer...



El piano, la guitarra, el clarinete, la flauta, vaya, lo que quieras. Todo está muy bien y se pueden hacer cosas increíbles con ellos si te lo montas bien y se tiene algo de gracia. Pero, para mi, donde esté un buen tambor que se quite lo demás. 


Creo que la primera vez que me quedé pillada con una batería fue con la canción de Lenny Kravitz "Are you gonna go my way", fijate tú qué horror. Que la canción la han convertido en una pesadez pero la tía que toca la batería me alucinó. Claro, yo era pequeña e iba a un cole de niñas y opusino y ver a una mujer taaan macarra me dejó impresionada. En mi fuero interno quería ser un poco ella, sin contar el pelo, aunque nunca lo llegué a confesar hasta ahora. Me parecía guay que la "dejaran" tocar lo más burro, qué cosas.


Más adelante fuimos a Calanda una Semana Santa gracias a mi tío Santiago. Por aquellas épocas estaba ya muy malito y aun así quiso que fuéramos por encima de todo. Le acompañamos los primos y fue acojonante. Cuando aun no habíamos llegado al pueblo ya se oían los tambores. Recuerdo tener un nudo en la garganta todo el tiempo que estuvimos allí igualito al que tengo ahora al recordarlo. Recuerdo que se me escaparon las lágrimas y a una chica que me sonreía, también emocionada, de haberme emocionado al verla tocar. Hemos vivido mucho gracias a mi tío y siento mucho que ahora no esté porque nos estamos perdiendo muchas cosas.


Ahora son las Fiestas de La Barceloneta. Y como están locos en ese barrio, se pasan tooooodo el día tocando hasta que se caen de cansancio y de lo finos que se ponen. Hay unos en particular que te cagas. Burracos, burracos, burracos. Me encanta y me encanta ver que a Kike casi le encanta más que a mi.


Os dejo varios hitazos. As always, ¡mucho mejor con cascos!








No hay comentarios:

Publicar un comentario