Mis padres siempre han sido personas generosas. No sólo lo digo yo. Disfrutan viendo a los demás contentos y facilitan las cosas para que las cosas pasen. Y si las que están contentas son sus hijas, son felices. Estos días las que hemos estado felices hemos sido las hermanas viendo a nuestros padres contentos, disfrutones, tonteando entre ellos y paseando encantados de la vida por la plaza al rededor del Campanile.
Qué bonito es escuchar campanas y si repican doble, a mi se me sale el corazón del pecho.
Gracias Sol, por salir y pegarnos un buen corte cuando todos esperábamos lluvia.
Gracias, hermanas, por quererme tanto y seguir haciéndome sentir pequeña.
Gracias, Guille, por reírme las bromas telefónicas entre habitación y habitación. Y perdona por no haberte seguido la tuya cuando llamaste a la puerta y te escondiste.
Gracias, padres, por dejarme ver cómo sois de guays, en todo vuestro esplendor y llevarme de nuevo al cariño de cuando me arropabais por las noches.
Gracias, Manu, por no terminarte todo el baicon del desayuno, enseñarnos cosas monas, tener paciencia y compartir con Kike el filetón a la fiorentina como si de tu hermano Juan se tratara.
Gracias, Kike, por llevarte el golpe más triste de las despedidas con buena cara. Secarme las lágrimas y decirme que estoy guapa.
Cuando te llenas el corazón y los ojos de colores, no te imaginas cómo se corre el rimel cuando lloras. Pero hoy, aunque no lo predecía para nada, ha sido un buen día.
no se puede ser mas mona!!!!! no paro de llorarrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!
ResponderEliminarde padres gatos.............................hijos michinos!!!!!
gema